Varios agentes del Negociado de la Policía de Puerto Rico han alzado su voz para denunciar lo que describen como un patrón de discrimen y represalias dentro de la agencia. Alegan que, a pesar de contar con certificaciones médicas que justifican ciertas condiciones de salud, la institución ha ignorado sus derechos y les ha impuesto medidas que afectan su desempeño y bienestar laboral.
Uno de los agentes, con más de 20 años de servicio en el área de Mayagüez, relató su lucha contra la agencia luego de que se le negara un acomodo razonable debido a una condición médica que le impide rasurarse. Según su testimonio, fue evaluado por la entonces doctora de la Policía, quien avaló sus certificaciones médicas. Sin embargo, tras su salida, su caso fue ignorado y su solicitud de acomodo denegada.
“Me dijeron que no podía trabajar con barba, que debía reportarme por enfermedad, pero no estoy enfermo, tengo una condición médica. He cumplido con cada requisito que me han solicitado y aun así me han negado todo. Me han trasladado, humillado y violentado mis derechos como paciente y ser humano”, expresó el agente, quien teme represalias por hacer pública su denuncia.
Debido a la falta de acción de la Policía, el caso fue llevado ante la Comisión de Igualdad de Oportunidades en el Empleo (EEOC, por sus siglas en inglés), donde actualmente está bajo investigación.
Otro oficial denunció que enfrenta una situación similar tras haber recibido una recomendación médica para el uso de una vaqueta en la pierna en lugar de la cintura, debido a una condición médica permanente. A pesar de contar con una evaluación de la propia agencia en 2021, ahora se le exige volver a ser evaluado y utilizar la vaqueta en la cintura, lo que le genera dolor y hematomas.
“Después de tantos atropellos, se preguntan por qué hay tantas renuncias y por qué los jóvenes no quieren ingresar a esta agencia. Nos intentan intimidar con reclasificaciones a personal civil, lo que implica una reducción de sueldo y beneficios. La agencia que juramos defender es la misma que nos pisotea”, expresó el oficial.
Ambos agentes señalaron que las represalias son una realidad dentro del cuerpo policial, ya que quienes presentan quejas suelen ser trasladados o enfrentan presiones internas. Aseguran que estas situaciones son parte de un problema mayor dentro del Negociado, que afecta la moral de los oficiales y contribuye al éxodo de agentes.
Las denuncias han comenzado a resonar en la comunidad policial, y los afectados esperan que su caso sea atendido y que se respeten sus derechos como empleados y como seres humanos.